Barrionuevo explicó así las declaraciones de Felipe González en las que afirmaba irónicamente que cuando se producía un golpe militar en América Latina, los golpistas tomaban la telefónica de su país y la televisión, y añadió que ahora se toma la televisión para las bodas, las privadas, o para el fútbol".

José Barrionuevo agregó que "antes se hacía de forma más traumática y ahora se hace tratando de interferir políticamente en la justicia y ocupando los medios de comunicación para que los escándalos en los que ellos caen se vean menos".

Joaquín Leguina, por su parte, manifestó su "preocupación, no tanto por la forma de gobernar desde la Moncloa, sino por usar la sociedad civil en beneficio partidario", y consideró que el Gobiero "no ha reflexionado" suficientemente sobre las cosas "que no están escritas en las leyes pero que la democracia necesita para vivir, como el oxígeno".

A juicio de Leguina, el Gobierno se ha lanzado "con una ferocidad de neófitos a controlar las audiencias", con el objetivo de "impedir que los que estamos en la oposición podamos hablar".

Asimismo, Rosa Conde afirmó que Felipe González "no va a dejar de denuncir el abuso de poder por parte del Partido Popular y el recorte de las libertades, sobretodo el de la libertad de expresión". Conde consideró que González "está cumpliendo su palabra" y recordó que en el último congreso del partido dijo que acuparía gran parte de su tarea política en desvelar la trama que había en muchos acontecimientos políticos.