Los operarios reivindican el cumplimiento del acuerdo que la dirección de Cespa y el Ayuntamiento de la localidad suscribieron en 1989.

El pacto establecía el compromiso de Cespa a equiparar los salarios de los barrenderos y basureros con los empleados muncipales en 1992, mientras que el Ayuntamiento aceptaba realizar un estudio de los cotes de desigualamiento salarial, para pagar a la empresa adjudicataria el montante que supondría dicho equiparamiento.

Durante la huelga, los trabajadores establecerán unos servicios mínimos que ocuparán al 30 por ciento de los 170 operarios que conforman la plantilla de Cespa.

De los nueve camiones recolectores de residuos sólidos, tres seguirán saliendo a la calle, con sus correspondientes dotaciones de personal, y un tercio de los barrenderos cumplirá con su horario laboral.

Con respectolos dos puntos incluidos en el convenio de 1.989, los trabajadores de Cespa recuerdan que los funcionarios municipales tienen 10.000 pesetas por cada hijopara la compra de libros, aparte de otros fondos, en tanto que ellos diponen de 160.000 pesetas para todos los gastos sociales de los 170 empleados.

Al mismo tiempo, miembros del comité de empresa informaron que han mantenido contactos con representantes políticos que en su día firmaron el acuerdo entre Ayuntamiento y Cespa, y les aseguraron que e estudio todavía no se ha realizado.