Cascos mantuvo un enfrentamiento con el portavoz de Presupuestos del Grpo Socialista, José Borrell, que le preguntó esta tarde si el Gobierno había procedido a introducir algún cambio en el Proyecto de Presupuestos para 1998 entre el día en que el director de la Oficina Presupuestaria, José Barea, emitió su informe crítico con el proyecto de Economía y su aprobación, dos días más tarde, por el Consejo de Ministros.

El "número dos" del Gobierno aseguró que entre los días 24 y 26 de septiembre no se produjo ningún cambio en el proyecto de Presupuestos y explicó que las aprciaciones de Barea en su informe se basaban en datos del día 8 de septiembre, distintos de los manejados a final de ese mes por el Ministerio de Economía.

"Cuando el 24 de septiembre se le hicieron las aclaraciones precisas, el señor Barea retiró sus objeciones", dijo Cascos, quién además puntualizó que "hasta tal punto debían ser insustanciales" las observaciones de director de la Oficina Presupuestaria que el PSOE "no ha presenteado entre sus enmiendas las que sugería el señor Barea" lo que, a su jucio, significa que "también para ustedes ese informe tiene una importancia relativa".

Tras esta explicación técnica, Cascos arremetió contre los socialistas que, según dijo, "desde que salieron del Gobierno se levantan por la mañana, se ven en el espejo y se dicen: que estará pasando para que a nosotros, tan perfectos y tan competentes, no nos salieran nunca las cuentas de los presupuestos, y a estos chicos del Gobierno, tan inexpertos y tan incompetentes, les hayan cuadrado las cuentas del déficit de 96 y las del 97 las vayamos a mejorar en una décima".

"Ustedes", continuó, "que tuvieron desviaciones del orden del 166% en materia de déficit, no soportan que nosotros sepamos cuadrar las cuentas y les recomiendo que dejen de hacer ejercicios de narcisismo, que hagan una cura de humildad y que, de una vez, empiecen a hacer oposición".

Cascos concluyó así su intervención, que vino precedida de la pregunta de Borrell, quien le dio paso señalando que tenía "tres minutos para despotricar y desahogase", aunque, según dijo, "por mucho que se gargarice con sus frases hechas sobre la austeridad todo el mundo sabe que no tienen credibilidad presupuestaria".

El diputado socialista, descontento por no haber podido responder al vicepresidente del Gobierno, decidió replicarle en los pasillos del Congreso donde le acusó de mentir al afirmar que el PSOE no había presentado enmiendas a los artículos que Barea criticada en su informe. "No podemos admitir la actuación de un Gobierno que basa su argumentaciónen la mentira y no entiendo como son capaces de utilizar una falsedad tan fácilmente comprobable".

Borrell criticó también la "chapuza" de pedir un informe a Barea sobre datos viejos y recomendó al asesor del presidente que, si este es el modo de funcionar de La Moncloa, "se retire a pasar la tercera edad en su casa".