El estudio, realizado sobre 14 capitales españolas, destaca las enormes diferencias del precio del agua para consum doméstico entre unas ciudades y otras.

La ciudad con el agua más cara es Barcelona, donde el gasto medio -obtenido sobre cuatro supuestos de unidades familiares- alcanza las 41.000 pesetas al año. Por el contrario, Vitoria tiene un coste de 15.359 pesetas anuales.

"Consumer" destaca que la factura del agua hay que abordarla en términos relativos, ya que cada ciudad aborda el servicio del agua con una perspectiva particular, más o menos ambiciosa (por ejemplo, en el saneamiento) y debe hacer frene a costes y dificultades bien distintos (orografía, localización de los embalses, calidad y salinización del agua, frecuencia de lluvias).

A pesar de todo, la diferencia de precios de unas capitales a otras es "espectacular" para los autores del estudio, "teniendo en cuenta que, salvo contados casos, todas incluyen en la factura por el servicio de agua los mismos conceptos: el propio agua, el tratamiento de aguas residuales, el saneamiento, el alcantarillado, el alquiler de contadores".

Además d Barcelona, las ciudades más caras -por encima de las 30.000 pesetas de media al año- son Murcia y Valencia. En un término medio -entre 29.000 y 19.000 pesetas- se encuentran, en orden decreciente, Bilbao, Alicante, Málaga, Madrid, Castellón y Pamplona. Por último, destacan por sus costes inferiores a 19.000 pesetas anuales San Sebastián, Santander, Burgos, Logroño y Vitoria.

Otra conclusión del estudio es que, salvo Málaga y Alicante, las ciudades no propician con su política de tarifas un consumo moerado de agua, ya que cuesta lo mismo el metro cúbico si se gasta más que si se consume menos, e incluso en la mayoría de las capitales el precio por metro cúbico desciende cuando el consumo aumenta.