El año pasado Barajas batió todas sus marcas de tráfico de pasajeros, aeronaves y carga, según los datos ofrecidos por Sedano. Los viajeros crecieron un 9,52 por ciento respecto a 1995, con un resultado en 1996 de 21.865.860 personas; las aeronaves, con un aumento del 9,88%, alcanzaron la cifra de 246.502, y la carga, mercancías y correo, se incrementó un 5,37% y un 6,42%, respectivamente (242.486 y 25 toneladas).

La construcción de la tercera pista, cuyas obras comenzarán en los próximos das, permitirá incrementar el tráfico de pasajeros a unos 26 millones anuales en los próximos años, según Sedano, viajeros que tendrán que pasar por las actuales terminales durante unos cinco años, tiempo que puede tardar en construirse la nueva terminal anexa a la tercera pista.

Mientras tanto, Barajas debe acondicionar sus instalaciones para esa mayor demanda, tanto de cara a las operaciones aeronáuticas como a la atención y servicios al pasajero.

Por lo que respecta a los vuelos, los retrasos hn disminuido notablemente a partir de este mes de enero, como consecuencia de la obligación impuesta a las compañías aéreas para que programen sus planes de vuelo de acuerdo con el 'slot' (permiso para operar) aeroportuario, indicó el director de Barajas.

TERCERA TERMINAL

Asimismo, está previsto que en el mes de junio entre en servicio el Dique Norte, 30.000 metros cuadrados con 12 pasarelas telescópicas que será la tercera terminal del aeropuerto, junto a las actuales de Nacional e Internacional. Ls mencionadas pasarelas permitirán realizar los embarques "con más fluidez y comodidad" para los viajeros, señaló Sedano.

Por último, la utilización de la base militar de Torrejón servirá para descargar, siquiera mínimamente, el trabajo en Barajas. Sedano confirmó que existe un proyecto de carretera para unir interiormente ambos aeródromos.

El director de Barajas sugirió que Torrejón puede ser útil para la aviación regional, "si ésta se anima". Los viajeros facturarían en Barajas y serían trasladdos en autobús (por la N-II) a Torrejón, lo que supone un gasto añadido de tiempo no inferior a media hora. En cambio, la compañía tendría asegurada la hora de salida. Esta cuestión centrará la reunión que próximamente celebrarán AENA y las compañías aéreas.

Por otra parte, el aeropuerto de Barajas será objeto de una remodelación radical en sus terminales y servicios de atención al público, según anunció su director.

Quizá el cambio que más notarán los usuarios sea la desaparición de las actualesdenominaciones "Nacional" e "Internacional". A partir del verano, con la inauguración del Dique Norte, las dos terminales actuales pasarán a ser tres, llamadas Terminal Uno, Terminal Dos y Terminal Tres.

SEÑALIZACION

Cada terminal contará con sus propias compañías aéreas, cada una de las cuales sólo facturará en una terminal, lo que obligará a cambiar toda la señalización, actuación que costará 1.500 millones de pesetas.

Otras actuaciones consistirán en una remodelación de la arquitectura interor de las terminales (aseos de mármol, nuevos techos y puertas, etcétera), por importe de 1.000 millones; el aparcamiento de taxis, que estará operativo en abril (300 millones); la ampliación de las Llegadas Nacional, con nuevas rampas mecanizadas (1.100 millones), y la conexión entre las terminales Nacional e Internacional (700), así como entre el aparcamiento P-2 con las terminales (1.500).

En total, junto a los 7.000 millones que supone el Dique Norte, el aeropuerto invertirá 13.100 millones en 199. A esta cantidad hay que sumar las inversiones para duplicar las acometidas eléctricas de las instalaciones aeroportuarias, primera medida que se tomó después del accidente del pasado 10 de diciembre, cuando tuvo que cerrarse Barajas durante seis horas por una perforación no autorizada que provocó un cortocircuito, seguido de incendio, en una galería de media tensión.

José Sedano anunció que dentro de un año la subestación eléctrica del aeropuerto, que se encuentra fuera del recinto aeroportuario, tedrá tres acometidas de alta tensión distintas, para mayor seguridad, hasta que se construya una nueva estación dentro del perímetro de seguridad aeroportuario.