Almunia lanzó este calificativo durante su intervención en la escuela de verano de las Juventudes Socialistas, al exponerles los retos a los que tienen que enfrentarse. Uno de ellos, dijo, es intentar frenar la concentración de poderes que no puede ser controlada en las instancias democráticas. Como ejemplo d este fenómeno, puso el caso de Bangemann.

A una empresa privada, como Telefónica, "nadie puede decirle formalmente, con la norma en la mano, que no fiche a un golfo como Bangemann", dijo Almunia, que advirtió de que muchos años de trabajo para dar credibilidad a las instancias europeas "pueden quedar barridos por la acción de un personaje puesto ahí por un amigo de Aznar".

Almunia insistió, además, en que este tipo de conductas perjudica la imagen de España y de la propia Comisión Europea, y losmecanismos democráticos no pueden evitarlo.