Antes de impuestos, la entidad que preside Ana Patricia Botín alcanzó unos resultados de 639,8 millones de euros, un 11,2% superiores a los obtenidos en 2002.

El margen de intermediación, esto es, la diferencia entre lo que ha ingresado por sus prstamos y lo que paga por los depósitos, se elevó un 5,8%, hasta los 1.045,8 millones de euros, a pesar de la presión que ha supuesto la bajada de tipos de interés, mientras que el margen de explotación creció un 14,3%, hasta los 710,2 millones de euros.

El margen ordinario ascendió a 1.564,2 millones de euros, un 6,6% más, aportado en un 90% por la banca doméstica (Minorista, Empresas y Corporativa), que en su conjunto generó 1.395 millones de euros, un 5,5% más.

El incremento de los márgenes de a entidad se sustenta por un avance del negocio, del 20,3% en el caso de la inversión crediticia y del 20,8% en los recursos de clientes gestionados.

Los costes de explotación se mantuvieron estables en 2003 -crecen apenas un 0,1%-, lo que, unido al crecimiento del margen ordinario, ha provocado una mejora del ratio de eficiencia, que se ha situado en el 47,2%, frente al 50,3% de 2002.

Las comisiones netas ascendieron en 2003 a 462,4 millones de euros, un 7% más, con un avance del 7,8% de las dervadas de fondos de inversión y pensiones, frente a un 6,6% de las provenientes de servicios. Destaca el caso de las comisiones por uso de tarjetas, que crecen un 36%.

Las dotaciones netas para insolvencias ascendieron en 2003 a 171,4 millones de euros y crecen un 44,9% respecto a 2002, consecuencia básicamente, según Banesto, del crecimiento del negocio el pasado año y de las menores recuperaciones de provisiones por riesgo país.

En 2003 Banesto ha aumentado en 12 el número de oficinas, hasta sumr 1.689, mientras que su plantilla ha permanecido en los 9.840 empleados, 11 menos que a finales de 2002.