Bandrés citó expresamente entre eas personas a Mario Conde, Javier de la Rosa y Manuel Prado y Colón de Carvajal. "Yo creo que en España tenemos demasiados sinvergüenzas en libertad y esos sinvergüenzas, para no volver a entrar en la cárcel, son capaces de cualquier cosa, incluido comprometer a la Corona, y entre los sinvergüenzas incluyo a Colón de Carvajal".

El ex presidente de Euskadiko Ezquerra apuntó que la presente situación tiene al menos el aspecto positivo de que, aún con deficiencias, "el poder judicial ha funcionado" y "lo intocables de antes ahora han empezado a ser tocables".

El problema estriba en que "esos intocables siguen en libertad y siguen tranquilamente haciendo declaraciones y viviendo como Dios, y yo creo que hay media docena de personas que estarían muy bien, para la salud espiritual y temporal de los españoles, metidos en la cárcel".

Bandrés dijo que Conde, De la Rosa y Prado "directa o indirectamente" han ensuciado la figura del Rey y han provocado una desmoralización colectiva entre los ciudadanos,que piensan que no se aplica la misma vara de medir a todo el mundo.

Según Bandrés, su experiencia como acusador particular en el "caso Naseiro", por la presunta financiación irregular del PP, le ha llevado a la conclusión de "en este país todo individuo delincuente que tenga unos cuantos millones de pesetas, por encima de diez" puede paralizar con recursos y nulidades el curso normal de la justicia, "mientras que a un pobre chorizo que tiene que ir al abogado de oficio no le harán caso".

Ante laeventualidad de que el ambiente de corrupción y escándalos se traduzca en un giro político a la derecha, Bandrés comentó que efectivamente "estas cosas animan a la gente al cambio, aunque sea a peor".

EQUILIBRIO INSTITUCIONAL

Por otra parte, Bandrés aseguró que él habría votado a favor del suplicatorio para el ex ministro de Interior José Barrionuevo, porque entiende que deben concederse en los casos en que la acusación que se formula es sobre delitos comunes y no por el ejercicio de las funciones popias de un parlamentario, como la libertad de expresión.

A su juicio, habría sido "gravísimo desde el punto de vista del equilibrio institucional" que el Congreso se hubiese negado a una solicitud planteada mediante un acuerdo unánime de la Sala Segunda del Tribunal Supremo.

Expresó su sorpresa por el cambio de actitud de Barrionuevo, que primero proclamó que quería declarar ante el juez y después pareció dar marcha atrás en esa disposición.

Bandrés recordó que el Congreso rechazó un suplictorio pedido para él en 1980, pero aclaró que fue solicitado por unas declaraciones realizadas a un periodista sobre una tercera persona, y no por una acusación de delito común.