En ese periodo, el tipo preferencial medio de los bancos creció del 9,75 al 10,29 por ciento, en tanto que el de las cajas pasó del 9,09 al 9,61 por cien.

Las entidades financieras endurecieron todos sus tipos de interés en los créditos y préstamos a sus clientes, si bien también ofrecieron rentabilidades más altas a los depositantes.

Entre los bancos, el descuento comercial a tres meses se elevó de 10,92 al 11,79 por cien; las cuentas de crédito se encarecieron unas tres décimas y los préstamos a más de tres años en una. El mayor encarecimiento se produjo en los tipos de los créditos al consumo, que pasaron del 14,11 al 15,02 por cien.

Por lo que se refiere a las cajas, el descuento comercial se situó en una media del 12,98 por cien, los préstamos a más de tres años en el 13,67 por cien y el crédito al consumo en el 14,38 por cien.