En un trabajo publicado en el último boletín económico del banco central, los expertos de la autoridad monetaria distinguen entre los que denominan inflación latente, la que afecta a la producción en el largo plazo, e inflación permanente, que afecta de forma continuada a los precios, y que según su opinión han seguido tendencias similares entre 1991 y 1993.

Según este criterio, la inflación en las dosúltimas décadas ha estado poco conidicionada por factores como las tensiones de los precios del petróleo que inciden sobre el nivel de producción, mientras las perturbaciones de carácter nominal, sean monetarias o salariales, "han jugado un papel clave en la determinación de la senda inflacionista de nuestra economía".

Aunque el Banco de España reconoce que se está produciendo un proceso de "desaceleración salarial", no esconde sus reservas por el riesgo de que este proceso no se consolide en el futur.

Precisamente, por la desconfianza ante la continuidad de esta moderación es por lo que los autores del estudio recomiendan que se acometan las reformas estructurales adecuadas que puedan neutralizar las presiones inflacionistas a que puede dar origen el previsible incremento de la demanda interna que se producirá en 1995.