Los datos que maneja hasta septiembre estiman un crecimiento de la economía en el tercer trimestre del año en torno al 4%, con una tasa en la demanda nacional del 4,5%, cuando el promedio de enero a junio se situaba en el 4,8%.

Según la institución que gobierna Jaime Caruana, durante el tercer trimestre del año 2000 "se aprecian, dentro de su notable dinamismo, signos de ralentización en la demanda nacional", y añade que los principales moderadores del creimienton son "la erosión de la renta real inducida por el aumento de precios en los productos petrolíferos".

Asímismo, el Banco de España señala que, a la subida del petróleo y, por tanto de sus derivados, "habría que añadir la propia incertidumbre inherente a este proceso, y la influencia de una política monetaria necesariamente más cautelosa, para hacer frente a los cambios en las perspectivas inflacionistas".

Entre los componentes de la demanda que explican parte de la desaceleración del consuo privado real figuran la menor renta disponible, el aumento de los tipos de interés y el agotamiento detectado en el impulso que ejercen las fuertes ganancias de riqueza acumuladas en ejercicios precedentes sobre el gasto de los hogares, y en especial el dedicado a bienes de consumo duradero.

DEPENDENCIA DEL PETROLEO

El informe trimestral de la economía española incluye en esta ocasión un análisis sobre la dependencia energética de España y el impacto del precio del crudo sobre su economía, y en elque se concluye que dicha vulnerabilidad es menor respecto a las crisis de los setenta, pero sigue exigiendo afrontar la situación con austeridad.

"La experiencia ganada durante las anteriores crisis energéticas, cuando la reacción de los agentes y de las políticas económicas acabó desencadenando un periodo de bajo crecimiento y alta inflación", dice el Banco de España, "alerta sobre la necesidad de afrontar esta situación con austeridad, para acomodar las pérdidas de renta".

El verdadero impactode la actual situación del mercado del crudo, señala el Banco de España, dependerá de la reacción de los agentes económicos y de si tratan de eludir el empobrecimiento de renta que produce la subida del petróleo trasladándolo a aumentos de márgenes empresariales y a incrementos salariales.