La liberalización irá dejando en manos de los bancos paulatinamente los 2,83 billones de pesetas que tenía retenidos en coeficientes a finales de 1992, principalmente en certificados del Banco de España, el coeficiente de caja y las cédulas par inversiones.

La ganancia se repartirá a lo largo de muchos ejercicios, porque es muy improbable que el Banco de España acelere la liberalización de los coeficientes, mientras no remita el déficit público, según indicó a Servimedia Javier Requena, de "Benito y Monjardín".

Por otra parte, sus previsiones indican que los beneficios después de impuestos de los "siete grandes" bancos españoles (Argentaria, BBV, BCH, Banesto, Santander, Popular y Bankinter) aumentarán un 5,5 por cien este año, un 12,6en 1994 y un 16,1 en 1995,

Los analistas de esta compañía prevén que la rentabilidad de la inversión crediticia descenderá ligeramente, debido a la los altos niveles de morosidad y a la mayor competencia entre las entidades en segmentos del mercado como los préstamos hipotecarios.

Además, la demanda crediticia aumentará por debajo del PIB nominal, entre un 2,5 y un 6 por cien, si bien los grandes bancos lo compensarán con una ligera reducción de los intereses pagados en los depósitos.

Las coisiones también serán utilizadas como vía para mejorar resultados, con incrementos, entre los "siete grandes", del 14,7 por ciento este año, del 6,2 por cien en 1994 y del 8 por cien en 1995, siempre por encima de la inflación.

MOROSIDAD

En el lado negativo para el sector, destaca que la morosidad seguirá creciendo, al menos, hasta finales de 1994, con un crecimiento que podría ser del 25 por cien para este año y del 10 por cien para el ejercicio que viene, lo que situaría el "ratio" de mora en el 82 por cien.

No obstante, "Benito y Monjardín" considera que el gran esfuerzo realizado en los últimos años para provisionar las insolvencias hace que la cobertura siga todavía en niveles satisfactorios, del 70 por ciento.

La morosidad no impedirá que el margen financiero de los "siete grandes" siga creciendo en los próximos años, apoyada por la previsible rebaja del precio oficial del dinero, a razón de un 3,9 por cien en 1993 y un 6,5 por cien en 1994.

Los expertos de esta sociedad de "brokrs" estiman, además que el sector bancario ya ha sufrido los efectos más dañinos de la crisis y ahora está en condiciones para "beneficiarse de del repunte económico".