Pedro Manuel Sasía, director general de la Fundación FIARE, defendió "la necesidad de introducir conceptos de RSC en la intermediación financiera, así como de proponer un modelo distinto de hacer banca, que es la corriente conocida como ‘banca ética’".

"Nuestro proyecto de ‘banca ética' es una alternativa que aspira a captar aquellos ahorradores insatisfechos o más sensibilizados. Con el ahorro captado se hace una financiación restringida sólo a aquellos proyectos a actividades con un alto sentido de la responsabilidad social", explicó.

Las garantías de estos procesos la otorgan "comités de evaluación ético social que evalúan no sólo el impacto económico, sino también el impacto ético y social a través de comisiones y metodologías que objetivan, mediante indicadores, el carácter ético, social y medioambiental de los proyectos".

Por su parte, Joaquín Sabater, director de Finan‡ament Etic i Solidari (FETS), una asociación que agrupa a las entidades catalanas del tercer sector, afirmó que "España tiene que consolidar una oferta amplia de productos de financiación ética para entrar en un ámbito de normalidad en comparación con el resto de Europa. Es algo factible, necesario y deseable".

Para Sabater, la "banca ética" pretende situar la RSC "no ya en elementos colaterales o actividades paralelas al propio negocio, sino en el mismo el negocio de la financiación. Se trata de actuar con criterios éticos en los productos de activo y de pasivo, así como en la propia gestión de la entidad".

Por último, señaló que esta modalidad financiera "trabaja para crear riqueza, pero entendiendo la riqueza, no sólo como la maximización de los beneficios, sino también como la creación de un mayor nivel de bienestar y de una sociedad más justa".