EL BANC DE ESPAÑA PREVE UN AUMENTO DE LOS BENEFICIOS DE LAS EMPRESAS EN TORNO AL 15% PARA 1998

MADRID
SERVIMEDIA

El director general de la Central de Balances del Banco de España, José Luis Malo de Molina, dijo hoy que los beneficios de las empresas españolas podrían crecer en 1998 en torno al 15%, según los datos que están recogiendo los servicios técnicos de la entidad.

Malo de Molina dijo que este dato, basado en los registros trimestrales de la Central de Balances sobre unas 6.000 empreas, es aún provisional, y supone una ralentización respecto a 1997. No obstante, consideró que es un buen dato, ya que para el presente año se partía de una subida de los márgenes de las empresas muy alta y dificil de mantener.

Si se cumple el pronóstico del Banco de España, los beneficios de las empresas medidos sobre el valor añadido bruto se situarían en 1,9 billones de pesetas a finales de año, frente a 1,7 billones de 1997 y 1,1 billones en el 96.

El alto ejecutivo del Instituto Emisor explió que el menor ritmo de crecimiento de los beneficios empresariales se debe a que los excedentes o márgenes de explotación se han desacelerado, al crecer un 7,5% hasta setiembre frente al 10,8% que lo hicieron en todo 1997, mientras que los costes laborales están creciendo, y los sitúa en el acumulado del año en el 4,2%, mientras que en todo el año pasado lo hicieron un 3,3.

En el primer caso se debe a que el ahorro financiero por las bajadas de tipos de interés ha dejado de ser un pulmón para los resltados de las empresas, mientras que los costes laborales estarían creciendo, no tanto por un aumento de las retribuciones, sino por el mayor volumen de empleo contratado.

BUENA RENTABILIDAD

Sin embargo, aseguró que la rentabilidad de las empresas sigue marcando máximos históricos, con un dato del tercer trimestre del año que la sitúa en el 12,5%, frente al 11% del mismo trimestre del año pasado. El dato absoluto de 1997 fija esa rentabilidad en el 10,4%.

Igualmente, la bajada de los tipos de iterés continúa situando los costes financieros de las empresas en mínimos históricos. Esos gastos, según Malo de Molina, están perdiendo fuerza en el balance de las empresas porque la rebaja de tipos está prácticamente agotada y las empresas lo han aprovechado en años anteriores para reducir sensiblemente su nivel de endeudamiento.

El buen nivel de saneamiento empresarial se refleja, a su vez, en el denominado apalancamiento financiero de las empresas, que mide el margen que resta de la rentabilidad ua vez descontados los gastos financieros. Este dato pasó del 8,5% en 1996 al 10,4% en 1997, y hasta el primer trimestre del 98 se situaba ya en el 12,5%.

SALARIOS MODERADOS

En cambio, el Banco de España detecta un repunte de los gastos laborales por trabajador que, según su criterio, deben vigilarse para que no pierdan la línea de crecimiento en torno a la inflación. Incluso, dijo, los salarios pueden ganar poder adquisitivo, siempre que se cumplan los requisitos básicos para que no afecten ni al crcimiento económico, ni a la inflación, ni al empleo.

Se trata, explicó, de que aumente la productividad de las empresas en un contexto de estabilidad de precios, y el ritmo de crecimiento del empleo se modere algo, para que el margen de los empleadores para pagar nuevos contratos se destine en parte a mejorar las retribuciones. Actualmente, añadió, el ritmo de crecimiento del empleo es casi igual al del Producto Interior Bruto (PIB).

Esto no significa, agregó, que deban recortarse las plantillas,"más bien al contrario. Cabe esperar que el saneamiento de las empresas y sus buenas perspectivas de rentabilidad y crecimiento permitan seguir creando empleo, y que el escenario generado en 1997 se prolongue en 1998 y 1999".

NO RELAJARSE

Sin embargo, el director general de la Central de Balances lanzó una advertencia a los sectores empresariales que no han introducido plenamente la competencia o incluso mantienen monopolios, como es el caso de los servicios.

Malo de Molina apuntó que el actualmapa empresarial español reune "condiciones apropiadas para aumentar la liberalización de la economía y el grado de competencia", ya que "los resultados de las empresas aguantan los posibles costes que pueda generar el incremento de competencia en algunos sectores".

También advirtió a la clase política que la Unión Monetaria "no justifica levantar el pie del acelerador en el ritmo de reformas, sino todo lo contrario", y a los empresarios que "deben aprovechar la bonanza económica para dar un salto adeante en la mejora de su eficiencia y competitividad. Mal harían las empresas en relajarse".

A su juicio, el tejido empresarial español aborda en buenas condiciones los retos de la unión monetaria, que se basan sobre todo en el aumento de la competitividad para mantenerse en el nuevo contexto europeo.

(SERVIMEDIA)
04 Dic 1998
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