El déficit acumulado en los ocho primeros meses del año se eleva a 973.400 millones, un 7 por ciento más que en el 90.

El positivo resultado de agosto se debe a que los superávits de las balanzas de servicios y trasferencias compensaron el fuerte déficit comercial, de manera que los ingresos corrientes totales se elevaron a 979.900 millones de pesetas, frente a unos pagos de 934.300 millones.

Así, el déficit comercial, que fue de 181.900 millones, contrasta con los superávits de los servicios (169.500 millones) y de las transferencias públicas y privadas (45.600 millones).

En la balanza de servicios, destaca especialmente la recuperación mostrada por el sector turístico, que ingresó 259.400 millones de pestas, 24.700 millones más que en agosto de 1990. Como los gastos realizados en el exterior por los turistas españoles sólo superaron en 5.000 millones los realizados el año pasado, el superávit se situó en 19.700 millones.

Por lo que se refiere a los movimientos de capital a largo plazo, las entradas se multiplicaron prácticamente por dos en agosto, al cifrarse en 1.123.100 millones de pesetas, y las salidas ascendieron a 897.400 millones.

Del saldo resultante, 225.700 millones de pesetas, 159.000millones correspondieron a inversiones y 104.400 millones a créditos. Esta última cifra refleja, según el Banco de España, la disposición de residentes españoles a endeudarse en el extranjero, una vez suprimido el depósito previo para este tipo de operaciones.

En el periodo enero-agosto, el déficit corriente creció un 7,7 por ciento, lo que pone de manifiesto una cierta ralentización en su crecimiento.

"A ello ha contribuido", según el Banco de España, "una evolución similar del déficit comercial así como la mejora del saldo neto de turismo y, sobre todo, el fuerte aumento de los ingresos por transferencias".