BALANCES 1993: TELEVISION =========================

- Escalar puestos en el "ranking" de audiencias situó a algunas cadenas al filo de la ley

- El 15 de diciembre registró el primer caso de censura previa durante la democracia, contra uno de estos pogramas

MADRID
SERVIMEDIA

(Por Fernando Nuño)

Las televisiones de nuestro país comprobaron durante este año el ilimitado poder social y comercial de un arma audiovisual con denominación de origen norteamericana: los "reality shows", o "espectáculos de la realidad" en todas sus variantes imaginables.

Estos "espectáculos" han invadido las pantallas españolas con mayor o menor éxito y con mayor o menor capacidad de perder escrúpulos conforme su audiencia aumentaba.

Pero muchos resentadores han podido comprobar también que esta "gallina de los huevos de oro", capaz de captar publicidad como ningún otro espacio, es también una bomba de relojería social difícilmente controlable.

Los casos de los niños asesinos de Liverpool o de otro que disparó recientemente contra un hombre vestido de "Papá Noel" en Escocia, ambos por la influencia de la televisión, son "avisos" de cómo estos espacios no son un juego, ni de niños ni de mayores, cuando se ha perdido la noción de la realidad. Estados Unidos, país de donde el "reality" es originario, tiene un ejemplo aún más duro sobre esta "esquizofrenia de la realidad": varios estudios han reflejado que aproximadamente el 70 por ciento de los niños norteamericanos prefieren prescindir de sus padres antes que de su televisor.

GUSTO POR EL MAL GUSTO

El "reality" ha impactado con fuerza en España, según los expertos, porque se dirige al gusto por la realidad más dura y el morbo, presentes en todo ser humano y con amplia tradición en nuetro país.

Amando de Miguel está entre los sociólogos que han defendido estos "espectáculos de la realidad", aunque matiza que "el buen gusto tiene un límite y se ha superado largamente".

Otro conocedor de la realidad social, Enrique Gil Calvo, está entre los optimistas y no cree en la capacidad de engaño de estos espacios, aunque sí les da una consideración humorística de "opio del pueblo".

Al margen de tragedias morbosas, los directores y colaboradores de los "reality shows" españoles han dfendido la existencia de estos programas porque, según afirman, "responden a una realidad humana" o "son de utilidad social".

Paco Lobatón, director en TVE-1 de "¿Quién sabe dónde?" (entre 7 y 9 millones de espectadores por programa), defiende esa labor social, "aunque es necesaria una gran sensibilidad para el tratamiento del sufrimiento", precisó este periodista ante 400 colegas en las VIII Jornadas Internacionales de Ciencias de la Información que se celebraron en Navarra en noviembre.

Mantenese en el "filo de la navaja" cuando se tratan a un tiempo sentimientos humanos y "casquería dura" ha sido difícil para algunos profesionales, como Arturo Pérez Reverte o Rosa María Mateos.

Reverte, presentador de "Código Uno" en TVE-1, tras aguantar en su puesto ocho meses, dijo sin dilaciones que su programa contenía "basura" y que deseaba irse.

Rosa María Mateos se definió en la misma línea, aunque precisó que también existían diferencias profesionales con la dirección de "Al filo de la ley", epacio que presentó en Antena 3 Televisión.

JUICIOS PARALELOS

El peligro de estos "reality shows" empieza cuando se difuminan realidad y ficción. Es difícil acotar lo lícito de lo ilícito, la labor periodística de las de otros ámbitos, como los tribunales de Justicia.

Julián Lago, director de "Misterios sin resolver" y "La máquina de la verdad" en Tele 5, ha sacado a escena este año numerosos temas propios de un "trapecio" informativo. La vinculación directa o indirecta de menores en varios asunos tratados le han obligado a grabar sus programas antes de emitirlos.

Esta protección no ha impedido que un juez, Joaquín Juárez, dictara el pasado 15 de diciembre la suspensión cautelar del espacio de "La máquina de la verdad" en el que debía intervenir la niñera del hijo de la actriz Ana García Obregón.

La razón expuesta por el juez fue "momento inoportuno de emisión" por estar la niñera, Cristina de la Vera, pendiente de sumario por supuestas injurias a la pareja Ana García Obregón- Alessandr Lecquio.

Este episodio, pendiente de una resolución del Consejo General del Poder Judicial tras la queja de la dirección de Tele 5, es el primer caso de censura previa desde el inicio de la etapa democrática española. Provoca además un roce entre el derecho a informar verazmente y el celo de los jueces, preocupados por que no se atente contra los secretos de sumario.

En cualquier caso, la lista de "estrellas" televisivas que se han subido a un tranvía llamado "reality show" sigue ampliándose: Costantino Romero, Nieves Herrero, Pedro Costa, Alfredo Amestoy, además de los ya citados.

Los críticos a estos programas son también muchos, pero las cifras de audiencia hablan solas: de 7 a 9 millones de espectadores "¿Quién sabe dónde?", entre 4 y 7 "La máquina de la verdad", cerca de 3 "Código Uno" y "Cita con la vida". Sólo las retransmisiones de fútbol han logrado parar, por ahora, a estos "espectáculos de la realidad".

(SERVIMEDIA)
19 Dic 1993
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