Así lo indicó Bal en una entrevista en Radio 4 recogida por Servimedia, donde aclaró que esta conversación tuvo lugar a las 11.00 horas del jueves pasado, cuando fue a hablar con el portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Héctor Gómez, después de conocer que Sayas y el diputado Carlos Adanero no estaban de acuerdo con el sentido de voto favorable de UPN.

Al respecto, Bal señaló que no sabe cuáles fueron las razones por las que después de decirle esas palabras pudo cambiar de opinión, “si es que en momento” le estaba diciendo la verdad, pero “muy posiblemente en ese momento” ya no le estaba diciendo la verdad y ya tenía decidido que iba a votar en contra.

Aclaró que no dirá que Sayas y Adanero son “tránsfugas” ni que el PP “los ha comprado”, unas acusaciones que sí está haciendo el PSOE. A su juicio, “da pena” oír esto y es “un espectáculo bochornoso y lamentable” que hace que la gente “vaya a dejar de creer en la democracia”. “No se pueden cuestionar las reglas del juego”, añadió.

REFORMAL LABORAL

Asimismo, Bal explicó que vivió el día de la convalidación de la reforma laboral como una “victoria” para el acuerdo entre empresarios y sindicatos, para el empleo, para los españoles, contra la “precariedad” juvenil, como una “victoria” porque se reducen los contratos temporales y se fomenta “mucho más” la contratación indefinida.

Al respecto, lamentó que la gente diga que era “la reforma de Sánchez” o “la de Yolanda Díaz”, ya que era la reforma de los empresarios y de los sindicatos, una ley que el Gobierno metió en el “vestido” de un real decreto ley, pero que “coma por coma” habían pactado los agentes sociales “por primera vez en la historia” de las reformas laborales.

Durante la entrevista, Bal explicó que en su conversación con el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, en el Hemiciclo hace unas semanas este le pidió “paciencia”, ante lo que el diputado de Ciudadanos contestó que su partido “no tenía nervios” porque la “presión” era para el PSOE y para la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

A su vez, criticó la postura “infantil” y “muy ridícula” de Díaz cuando decía que no quería los votos de Ciudadanos para convalidar la reforma laboral. En este sentido, celebró que esta postura fue “subsanada”, ya que el día antes de la votación del decreto Díaz le llamó y le dio las gracias a su partido por haber actuado con “sentido de Estado y responsabilidad”.