Claudia Bernat, psiquiatra de este grupo en Londres que ha liderado la investigación, subraya que una baja autoestima hace más susceptible a las personas de sufrir problemas de salud mental, como la depresión, trastornos alimentarios y abuso de sustancias, lo que está documentado por los investigadores desde hace varias décadas.

En la encuesta participaron 1.000 mujeres, de las que un 57% afirmaron que vivían obsesionadas por complacer a los demás y más de la mitad que se juzgaban a sí mismas con extrema dureza. Un39% de las encuestadas no se atrevían a decir lo que pensaban por temor a la opinión de los demás, mientras que el 36% creían que la imagen de sí mismas dependía de cómo las trataran, y un porcentaje similar anteponían la felicidad de su pareja a sus propios deseos.

La investigación también detectó diversas manifestaciones de la baja autoestima entre las británicas, como episodios depresivos, fobia social y distorsiones de la propia imagen. El perfeccionismo -un rasgo del carácter que puede acentuar los trastornos alimentarios y las dolencias psicosomáticas- también estaba presente en un 22% de las encuestadas.

Bernat sostiene que fijarse objetivos inalcanzables es una "espada de doble filo", ya que por un lado puede beneficiar al desarrollo personal, pero por otro, puede contribuir a crearse falsas expectativas en diversos ámbitos de la vida, entre ellos las relaciones personales y el progreso profesional.

Por ello, la psiquiatra cree que las terapias para mejorar la autoestima y liberarse de un excesivo perfeccionismo podrían ayudar a muchas mujeres a llevar vidas más plenas y productivas.