Así, a principios de julio, los agricultores venían percibiendo entre 26 y 30 pesetas, mientras que ahora cobran ente 14 y 16 pesetas, sin que de momento este descenso se haya trasladado al consumidor.

Los productores están preocupados, especialmente los de Castilla y León, porque sólo han sacado al mercado la patata temprana y queda todavía el grueso de la cosecha. Ante esta situación, UPA ha recomendado que escalonen los arranques de patatas para evitar la saturación del mercado.

La organización agraria explicó que esta bajada puede deberse a las importaciones significativas de este producto de Egipto y otro países africanos de la cuenca mediterránea.

También indicó que las constantes alteraciones de precios de la patata, con incidencias negativas en ocasiones en la inflación, se debe a la falta de una OCM (Organización Común de Mercado) que regule el mercado.

UPA está manteniendo contactos con miembros de las organizaciones de consumidores para analizar los márgenes comerciales de los intermediarios, "en algunos casos claramente especulativos", e intentar que las bajadas de precios se trasladen a ls consumidores.