El nuevo presidente de los veterinarios apostó por mejorar las relaciones con las universidades, sobre las que recae "una función tan importante como es la formación de los futuros veterinarios, el grueso de la investigación veterianria y muchos servicios".

A su juicio, es especialmente necesario establecer esas relaciones con la finalidad de ayudar a definir "el perfil formativo" de los futuros profesionales, o el número de estudiantes"que deben ser admitidos cada año".

En su discurso, se mostró partidario de mantener unas "excelentes relaciones institucionales" con las administraciones central y autonómicas, encaminadas a la "eficaz interlocución para la solución de cualquier asunto que afecte a la profesión".

En el terreno colegial, Badiola declaró su intención de promover la recuperación de la confianza de sus compañeros en el Consejo, la creación de comités éticos y deontológicos para la defensa de los principios de competncia y aseguramiento de la calidad del servicio, y la potenciación del reciclaje y la formación continuada.

DESPEDIDA DE BORREGON

El presidente saliente, Antonio Borregón, recordó que en los 18 años que ha permanecido en el cargo se pasó de una veterianria rual a una profesión con mayores "amplitudes de mira", tras la aparición de las nuevas industrias alimentarias y agropecuarias.

Recordó que tras el traspaso de competencias, más del 90% de las plazas de veterinarios no se han cubierto, y señaó que el reto en el futuro pasa por limitar el número de estudiantes que ingresan en las facultades.