El objetivo del ente es iniciar las obras antes de fin de año, y que se cumplan estrictamente los plazos previstos en el concurso, 22 meses, para que la nueva vía sea plenamente operativa en el otoño de 1998.

Los responsables de AENA señalan que dichas obras son la respuesta más definitiva a los problemas de congestión que está registrando desde hace meses el aeropuerto madrileño, y que ha motivado que unas 17 compañías aéreas sigan a la espera de obtener licencia de operación en la teminal.

"Se ha producido una avalancha de solicitudes", señalan, "probablemente a causa de la proximidad de la liberalización del sector". Para paliar la situación, añaden, se han construido calles de rodadura para facilitar la salida rápida de las pistas, se ha agilizado al máximo la operación de los controladores, y se sigue estudiando la habilitación de aeródromos madrileños como Getafe o Torrejón para los vuelos nacionales.

Sin embargo, la seguridad sigue siendo la máxima, aseguran, y esto impica que se mantengan las restricciones de compañías hasta que se aumente definitivamente la capacidad del aeropuerto.

Las principales constructoras españolas han pujado duro por el contrato de obras de la tercera vía de Barajas, el más cuantioso de cuantos adjudicará el sector público en 1996. Esta competición ha llevado a las empresas a presentar ofertas con fuertes rebajas sobre el precio de salida de la licitación, 40.000 millones de pesetas.

La rebaja media ofrecida por las constructoras es dl 32,52%, y los grupos formados para pujar son Ferrovial-Entrecanales-OCP y Auxini; Corsán-Obrascón-Pacsa y Vías y Construcciones; FCC-Dragados y Cubiertas, y Agromán-Elsán-Gines Navarro-Lain y Sacyr.