En una entrevista concedida a "Cambio 16", Aznar revela que tiene datos para estar "muy satisfecho" sobre la confianza actual de los ciudadanos en el PP, pero explica que no los pone en circulación "ni tan siquiera en el interior del partido para que no se caiga en ningún triunfalismo".

El líer del PP pronostica una escasa vida para el actual Gobierno, dada la situación de "minoría parlamentaria, crisis económica, presión nacionalista y partido dividido".

"El año que va a transcurrir desde el congreso del PSOE hasta la primavera del año 95 va a ser un año decisivo. La situación es de tanta debilidad que en el transcurso de ese año puede ocurrir cualquier cosa. Cualquier cosa, en el sentido de un cambio", afirma Aznar.

En su opinión, desde las elecciones de junio, el Gobierno de Felip González sólo ha logrado generar desánimo y frustración en la sociedad. Pese a ello, afirma que no hará nada que torpedee aún más la gestión del Ejecutivo. "No estoy dispuesto a acelerar ningún proceso que guillotine la legislatura", señala, "porque no creo que eso fuera bueno para el país".

El presidente del PP vuelve a poner de manifiesto su disgusto por las concesiones que está haciendo Felipe González a Convergència i Unió. A su juicio, está prevaleciendo en estos momentos la dinámica de las ventjas territoriales sobre la del interés general.

"Yo no me dejaría condicionar por una presión de carácter territorial, porque pienso que va en contra de los intereses de nuestro país. El Gobierno es excesivamente débil en ese terreno", asegura Aznar.

Con vistas a la huelga general del 27 de enero, dice que ese día trabajará porque la huelga "no es una respuesta útil para las necesidades del país".