AZNAR: "O ESPAÑA DA EL GRAN SALTO AHORA O NO LO DARA NUNCA"

- Insiste en que poner límites a su mandato y añade: "sé lo que tengo que hacer, cuándo y como"

MADRID
SERVIMEDIA

El presidente del Gobierno, José María Aznar, cree que "ha llegado el momento de hablar de España sin complejos" porque hayuna nueva generación de ciudadanos criados en una democracia que es el sexto país inversor del mundo y que llevarán a "una España más liberal y abierta".

En una conversación con el diario `El Mundo`, que le ha nombrado `Personaje del año`, Aznar revela su "convicción profunda" de que la primera década de este siglo va a ser crucial para una España que "o da el gran salto ahora o no lo da nunca".

Y el gran salto, a juicio del presidente, quiere decir que el país se convierta, en términos políticosy económicos, "en uno de los países centrales e importantes de Europa y del mundo (...) eso es algo que se va a ventilar en los próximos diez años".

José María Aznar se muestra convencido de que España tiene capacidad para ello y afirma que la misión del Gobierno es "ordenarlo todo" a tal fin. Por eso, en esta legislatura, "que va a durar hasta el 2004", advierte, el Ejecutivo desarrollará las reformas necesarias.

Respecto a la política inmediata, el presidente del Gobierno señala que la España "osible y deseable" es la diseñada en la Constitución de 1978, y advierte que, después de la gran descentralización de estos últimos 20 años, quien quiera ir ás allá está proponiendo la "segregación".

"Y ahí es donde no se puede llegar porque entonces, todo el trabajo de años, toda la continuidad histórica, se acabaría, y eso no debe ser", comentó. "Este es un momento en que, por decirlo de alguna manera, toca ya afirmar una serie de conceptos en relación con la cohesión. Ya toca".

NO AL CAUDILLISMO En cuanto a su sucesión al frente del Gobierno, el presidente del PP insinúa que está decidido a no volver a ser candidato en las Elecciones generales de 2004 porque es bueno para la democracia española.

"Nuestro país ha tenido siempre una cierta tendencia al caudillismo pero yo creo que la expresión de la madurez democrática del país debe ser la contraria y creo, por lo tanto, que las cosas deben de tener su límite", insiste.

Y añade: "La experiencia me dice que cuando se cumplen esos ocho odiez años, se producen dos circunstancias curiosas: por un lado se ha acumulado más experiencia, tal vez más capacidad... pero al mismo tiempo aparece el riesgo de empezar a creerse insustituible y el de empezar a no escuchar. Y contra esas tentaciones no hay vacunas intermedias".

Por tanto, concluye al respecto, "las cosas tienen su tiempo y el tiempo no ha llegado. Ahora bien, sé lo que tengo que hacer, sé cómo lo voy a hacer y sé cuando lo voy a hacer".

(SERVIMEDIA)
29 Dic 2000
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