Aznar pronunció un discurso en el qu no se cansó de pedir a sus partidarios que no se confíen y que sigan trabajando por el triunfo electoral del PP hasta el final. "No tenemos que fallar, no vamos a fallar", sentenció el líder del PP.

Con un impecable atuendo -chaqueta azul marino, pantalón azul marino y corbata en tono burdeos-, Aznar se dirigió ante unas 10.000 personas que en numerosas ocasiones le gritaron "¡presidente!, ¡presidente!".

El máximo responsable del PP entró en la plaza estrechando las manos de sus militantes, a quenes mostraba la mejor de sus sonrisas, e incluso tuvo la oportunidad de dar la vuelta al ruedo para recoger más muestras de adhesión.

Sentado en primera fila, escuchó atento y con gesto serio a sus predecesores en el uso de la palabra -entre ellos el cabeza de lista, Abel Matutes- y durante todo el tiempo jugueteó en sus manos con varios claveles que le regalaron.

Su intervención en la tribuna tuvo momentos de dureza dialéctica, sobre todo cuando coincidía con las conexiones en directo de las caenas de televisión.