Durante su intervención en la reunión que la IDC celebra en Manila (Filipinas), Aznar alertó sobre los riesgos del nuevo populismo revolucionario en Latinoamérica y las consecuencias nefastas que este fenómeno tiene en Europa, en general, y en España en particular.

"Vimos las catástrofes que provocó el nacionalismo excluyente en los Balcanes. El populismo revolucionario de Latinoamérica es la versión del otro lado del Atlántico de ese nefasto fenómeno. Un fenómeno perverso al que no es ajena mi patria y con el que algunos aprendices de brujo se sienten irresponsablemente cómodos", dijo.

Sin citar expresamente a Zapatero, Aznar criticó las relaciones políticas del presidente español, y calificó a Mariano Rajoy como "el gran líder del centro reformista español". "Va a ser muy pronto, antes de lo que algunos creen, un excelente presidente del Gobierno de España", apostilló.

Aznar advirtió de que existe "una amenaza real y creciente a escala global, que pretende acabar con la democracia y la libertad de las personas para imponer uno u otro proyecto totalitario y excluyente" a través del terror.

Señaló que los terroristas "no quieren otra cosa que imponer su domino y acabar con la libertad". Ese es el motivo, en su opinión, por el que "aborrecen" la democracia que trata de florecer en países musulmanes como Irak y Afganistán.

NINGUNA SOCIEDAD A SALVO DEL TERRORISMO

"El terrorismo es una amenaza existencial para todas las sociedades libres y abiertas. No hay ninguna que pueda considerarse a salvo. Esta realidad nos llama a la más profunda y leal solidaridad. Por eso, hay que utilizar todas las armas que nos dan el Estado de derecho y la ley y aumentar la cooperación entre las naciones", dijo.

Aznar abogó por la defensa de la libertad y la democracia frente a aquellos movimientos políticos que promueven "un salto atrás en la Historia" con sociedades cerradas basadas en supuestas identidades colectivas.

"Este afán de poner por encima de los derechos de las personas supuestos derechos colectivos de razas míticas, de naciones brumosas que se pierden en la noche de los tiempos, lo que de verdad hace es poner en cuestión la democracia y la libertad de las personas. Parecía que en Europa nos habíamos vacunado contra ese fenómeno", agregó.

Asimismo, manifestó que la pobreza y la exclusión siguen siendo "problemas de primer orden a los que es necesario plantar cara con determinación".

Sin embargo, advirtió de que "no hay atajos para lograr el desarrollo" sino que el camino a seguir debe ser "el de los derechos individuales, el del imperio de la ley, el de la democracia, la libertad, la transparencia y la responsabilidad".

Aznar afirmó que la IDC debe contribuir a potenciar las democracias en todo el mundo como "el gran proyecto de nuestro tiempo", frente a quienes tratan de separarlas por motivos de religión, raza o cultura.

Finalmente, en su última cumbre de la IDC como presidente de esta organización, Aznar hizo un llamamiento para "incorporar" a China al sistema de valores occidental y alertó de los riesgos que suponen las armas de destrucción masiva.