Aznar advirtió al presidente del Gobierno que "muy probablemente" se verá obligado a convocar comicios, lo quiera o no, en alusión a un eventual empeoramiento de la crisis política y una retirada de apoyo parlamentari por parte de CiU. De forma gráfica manifestó que el adelanto de los comicios serviría para "normalizar en la política lo que es normal en la calle (triunfo PP)".

El presidente del PP hizo esas consideraciones este mediodía, en su discurso de clausura de la Junta Directiva Nacional del partido, reunida en Madrid para analizar lo ocurrido en las elecciones europeas y autonómicas andaluzas.

Aznar, que había despertado una inusitada expectación en los medios de comunicación al anunciar la semana pasda que hoy se dirigiría al país, comenzó su intervención, de algo más de media hora, con una análisis de la situación política en que se encuentra España, después de haber estado una semana sin lanzar sus propuestas, como "plazo de cortesía" para con González.

En su opinión, Felipe González se equivocó en el pasado debate sobre el estado de la Nación al desoir la exigencia del PP de que dimitiera. Por eso, dijo, el principal partido de la oposición ya ni siquiera va reiterar esa petición de dimisión. Otras salidas políticas que también hubieran sido válidas en "abril o mayo", como la moción de confianza, remodelación de gobierno, o la dimisión misma, "hoy han perdido eficacia" por el varapalo que han sufrido los socialistas. Tampoco es eficaz una moción de censura, argumentó Aznar, "porque los ciudadanos acaban de expresar su censura en las urnas con toda claridad y contundencia".

GONZALEZ ES UN "REHEN"

Aznar anunció que el Grupo Popular intentará forzar la comparecencia de González ante el leno del Congreso para que explique qué ha pactado con Jordi Pujol y a qué precio. El Grupo Popular formalizó esta petición en el Registro del Congreso minutos después del anuncio formal.

El dirigente popular tuvo palabras muy duras para la forma en que Pujol ha renovado el apoyo a González, tildando a éste de "rehén" de CiU. Insistió en que no es presentable el "respaldo telefónico" ni el "conciliábulo extraparlamentario", alusión ésta a la reunión que pasado jueves protagonizaron en el Palacio de LaMoncloa ambos mandatarios.

Calificó de "extravagante" que Pujol se niegue a explicitar en el Parlamento un apoyo que en privado a da a González, y agregó que "el espectáculo reciente de la confianza privadamente expresada en un sofá (en La Moncloa) bajo la máxima de 'te doy la confianza a condición de que no me la pidas' es un lamentable dato de debilidad, desorientación y falta de ideas ante el futuro del país".

En referencia a su partido, el presidente del PP lanzó dos mensajes, uno interno, co un compromiso de que cuando llegue al poder no practicará una política de partido, porque éste es sólo un "instrumento" del cambio histórico que se avecina en España.

No mencionó la expresión mayoría absoluta, pero sí dejó claro que lo que conviene a España en estos momentos de incertidumbre es un Ejecutivo legitimado por las urnas y "con el mayor respaldo posible", para alentar la recuperación económica y el empleo.

Aznar aprovechó para hablar de las prioridades del Ejecutivo que él pueda presiir, por este orden: lucha contra el paro, contra la corrupción y regeneración de las instituciones. Definió al PP como un partido de centro, defensor "radical" de los derechos y libertades ciudadanas y del Estado social.