AZNAR DICE QUE LA REFORMA DE LA CONSTITUCION SERIA UN "FRAUDE" Y TACHA DE "RETARDATARIAS" LAS EXIGENCIAS NACIONALISTAS

MADRID
SERVIMEDIA

El presidente del Gobierno, José María Aznar, lanzó hoy una dura andanada contra las exigencias soberanistas del nacionalismo, y defendió la unidad de España y la plena vigencia de la Contitución.

El jefe del Ejecutivo aprovechó su presencia en la firma de un convenio con la Fundación Ortega y Gasset para centrar su discurso en lo que, según recordó, el autor de "La rebelión de las masas" denominó la "cuestión nacional".

Aznar manifestó que su apuesta es una España como nación plural, presidida por el consenso y en la que resulta "menos inteligente que nunca suscitar reclamaciones que carecen de fundamento histórico y raíz popular".

"Se han vuelto relativamente familiares lo términos de 'Estado plurinacional' y 'nación de naciones' para hablar de España. Dicen que distintos 'hechos nacionales' aguardan pendientes de su reconocimiento jurídico. Claramente, quiero responder que mi opción es la de España como nación plural", subrayó.

A su juicio, las reivindicaciones favorables a romper esa unidad nacional son "insuficientes e injustas por retardatarias de la empresa en que está embarcada la mayoría civil española desde la transición".

Aznar envió un mensaje directo a os nacionalistas y partidarios del federalismo: "No es responsable emplear palabras sin explicar no sólo qué significan, sino a qué obligan. Federalismo, confederación, soberanía compartida, autodeterminación, derechos históricos y colectivos...Hay que comunicar claramente a la opinión pública que modificaciones legales y cirugías sociales se requieren para llevarse a cabo".

Sobre una hipotética reforma de la Constitución, sostuvo que, en la actualidad, "no existe en España ninguna cuestión que exija oner en marcha el delicado mecanismo de la reforma constitucional".

"Propugnar mutaciones de la Constitución", añadió, "como si el acuerdo constitucional estuviera superado, es un fraude a los ciudadanos que la aprobaron. Es ignorar la aritmética política, como si los partidos seguidores del modelo del 78 fueran hoy una minoría a extinguir".

Para el presidente, Ortega y Gasset se sentiría esperanzado con la España actual, porque es un país que no supone ningún obstáculo para nadie y está abierta l exterior. "En este momento, me parece menos inteligente que nunca suscitar reclamaciones que carecen de fundamento histórico y raíz popular", destacó.

(SERVIMEDIA)
10 Ene 2000
JRN