El discurso de Aznar versó sobre la violencia de los antidemócratas, en clara alusión al terrorismo de ETA y a los miembros de la banda terrorista que todavía se encuentran en la República Dominicana.

Sobre esta última cuestión, Aznar señaló que "debemos gobernar sin exclusiones previas, con voluntad de integración, dejando de lado tan sólo a aquéllos que no respeten el juego democrático y a aquéllos que acuden a la violencia par imponer sus condenables designios".

El presidente del Gobierno español se refirió también en su intervención a la necesidad de transparencia de cualquier sistema democrático. "En España y en la República Dominicana se han producido comicios electorales recientes, con un cambio generacional que ha impuesto otra mentalidad política. Los pueblos maduros quieren ya más, quieren una vida pública transparente, que se eliminen las prácticas irregulares y que funcione con limpieza nuestro sistema democrático, dijo.

Aznar recordó también a los 12.400 dominicanos que se encuentran actualmente en nuestro país y se refirió al "trabajo y a la cordialidad de la comunidad dominicana afincada e integrada de forma legal en España". Asimismo, indicó que su abuelo, Manuel Aznar, fue embajador en la República Dominicana, por lo que mantiene un entrañable recuerdo de este país.

Por último, el presidente español dijo, respecto a la falta de democracia existente en Cuba, que "ojalá otra isla caribeña de tradición ispana y de importante y enorme riqueza humana nos siga pronto en el camino hacia la democracia, las reformas y la apertura internacionales que ha seguido la República Dominicana".

Durante el día de hoy, José María Aznar se reunirá con empresarios españoles, celebrará una segunda entrevista y, sobre las seis de la tarde, hora española, ofrecerá una rueda de prensa.