En un encuentro con periodistas durante su estancia en Tokio, Aznar insistió, no obstante, en que no piensa impulsar ninguna reforma de la ley electoral para frenar los nacionalismos, ya que la normativa en vigor ha funcionado durante los últimos veinte años sin menoscabar la democracia.

Aznr se refirió escuetamente a la sentencia del "caso Filesa" y principalmente para dejar claro que no deben confundirse los problemas de la justicia con los problemas que el PSOE tiene en el ámbito de los tribunales, en cuestiones como la financiación ilegal o el "caso Gal".

El presidente expresó el deseo de contar con una oposición normalizada porque, según indicó, en dieciséis meses de gobierno no ha visto por ninguna parte las políticas alternativas del PSOE, algo que, a su juicio, ha conducido a lossocialistas al fracaso de Galicia.

Sobre la situación de la prensa y los grupos de comunicación, Aznar recalcó que el Gobierno se limita a establecer las reglas del juego y señaló que este sector no está sujeto a directrices comunitarias sobre competencia.

En cuanto a la posibilidad de ofrecer algún cargo institucional a los tres ex presidentes de gobiernos de la democracia (Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo y Felipe González), apuntó que le parecería bien, pero siempre que ellos se pongan de cuerdo.