Aznar, que hace estas consideraciones en una entrevista que mañana publicará el diario "ABC", mantiene que el reconocimiento de Cataluña como una nación -exigencia de CiU para un posible entendimiento con los populares- está resuelto desde el punto de vista constitucional.

Igualmente, admite que Cataluña tiene un carácter diferencial, como lo demuestra el hcho de que tiene una lengua propia, tradiciones propias, un derecho civil propio y una personalidad propia.

"Yo lo he dicho allí y en todas partes: Cataluña es un gran país y eso hay que articularlo, desarrollarlo, reconocerlo y ponerlo en marcha", destaca Aznar, quien recuerda que él ha avalado políticas como la de Cambó y ha hecho suyas las expresiones del catalanismo histórico.

Durante la entrevista, el máximo responsable del PP hace referencia a la política lingüística de Pujol y sostiene queesa es una competencia de la Generalitat. "Nosotros", apostilla, "siempre hemos defendido la aplicación de la Ley de Normalización Lingüística y somos el único partido que dice en su programa que las lenguas de España distintas del castellano han de ser objeto de especial atención".

Respecto a los gobernadores civiles, cuya desaparición ha sido demandada reiteradamente por CiU, estima que esta cuestión no debe plantearse en la primera fase de las negociaciones para un pacto de gobierno, al entender qu sería una medida "radical".

PALOS EN LA BICICLETA

Por otra parte, Aznar se muestra convencido de que algunos, desde dentro y fuera de España, están "jugando claramente a poner palos en la bicicleta (del pacto), por mezquinos intereses políticos o económicos", al tiempo que advierte que fracasar en la consecución de un gobierno estable llevaría a un periodo de inestabilidad, con unas elecciones a corto plazo que no serían deseables.

El líder del PP sólo vislumbra en el horizonte político dos poibilidades: la de un gobierno estable y seguro o la de un periodo de inestabilidad que desembocaría en la convocatoria de nuevas elecciones.

A su juicio, esta última opción sería "extraordinariamente negativa y gravísimamente perjudicial" para el interés político, para la estabilidad institucional y para los intereses económicos de España, que "nos harían perder definitivamente el tren de Maastricht".

Aznar reconoce que todas las fuerzas políticas tienen algunos agravios, pero que lo importante aora es olvidarlos con la vista puesta en la consecución de un acuerdo de gobernabilidad que favorezca los intereses generales del país.

Igualmente, acepta que aunque los partidos pueden tener algunos problemas con sus bases, "lo importante es que la responsabilidad de quienes deben asumir la situación funcione, y funcione bien". Tras señalar que se abre una "oportunidad histórica de encuentro entre el PP, CiU, PNV y CC", Aznar pone de relieve que esa oportunidad es un reto que le estimula "enormemente.

El presidente del PP comenta en la entrevista que es consciente de que no podrá aplicar la totalidad del programa con el que su partido concurrió a las pasadas elecciones, pero cree que tres de sus más sonadas promesas, bajar los impuestos, la mili de seis meses y un gran pacto social por el empleo, "pueden entrar perfectamente en el ámbito de colaboración de la mayoría y pueden cumplirse".