Aznar hizo estas manifestaciones en la clausura de la convención de compromisarios de Nuevas Generaciones al XIII Congreso del Partido Popular celebrado en Sevilla, a la que asistió acompañado del futuro secretario general del PP, Javier Arenas, en el primer acto público conjunto tras la designación de este último como responsable del partido.

En su intervención, Aznar desgranó los cinco objetivos que pretende alcanzar en el próximo Congreso del PP. l primero de ellos es el fortalecimiento del PP, que deberá tener "más peso, más presencia, más voz y más vigor" porque, a su juicio, "vamos a estar bastante tiempo llamados a gobernar".

Advirtió que los resultados del Congreso no deben ser confundidos con un programa de gobierno, sino que serán las lineas generales del proyecto popular para el siglo XXI, inspiradas en una política de centro reformista.

Explicó que su propuesta para la formación de otro equipo directivo no significa que el actualhaya sido ineficaz, sino que el nuevo debe ser "el que mejor sepa interpretar la idea que tenemos de España".

Los objetivos cuarto y quinto se centran en la incorporación de jóvenes y mujeres a la dirección del PP, de entre quienes "han estado hasta ahora en el banquillo" y son políticos bien preparados que tendrán una oportunidad para demostrar su valía.

Aznar se defendió de las críticas que ha sufrido por la designación del secretario general y recordó que los Estatutos del partido asignan al pesidente la facultad de proponer al titular de la secretaría general.

TOREAR JUNTOS

Sobre Javier Arenas, aseguró que es el que mejor puede desempeñar ese puesto y advirtió en este primer acto conjunto con él que ambos "aspiran a torear muchas veces juntos".

Aznar no evitó referirse a los cambios que decidió el pasado lunes en el Gobierno. Rechazó que los relevos que acordó puedan ser calificados como "crisis de gobierno", y reafirmó su voluntad de acabar la legislatura con la misma formación báica en su gabinete.

Reconoció que los cambios en el Ejecutivo han sido en realidad ajustes ocasionados por la designación de Arenas como secretario general del PP y por la salida de Juan Ignacio Barrero de la presidencia del Senado, y argumentó que no había "ninguna razón para hacer una crisis de gobierno".

Por su parte, Arenas agradeció al presidente su confianza y le aseguró que no le va a defraudar "ni en ilusión, ni en dedicación, ni en esfuerzo".

El ex ministro de Trabajo se declaró adeás "orgulloso" del "liderazgo sólido" que hay en el PP, en contraposición con la situación que vive el PSOE, en donde hay "uno, dos, tres o cuatro líderes, y cada uno dice cosas distintas".

Aznar llegó hoy a Sevilla, en donde asistió a la clausura de la convención de Nuevas Generaciones. Antes del acto, almorzó con un grupo de intelectuales y poetas en el restaurante "El Espigón", de la capital hispalense.