AZNAR AFIRMA QUE NO PROMOVERA UNA NUEVA AMNISTIA FISCAL NI FLEXIBILIZARA LOS DESPIDOS COLECTIVOS

MADRID
SERVIMEDIA

El líder del Partido Popular, José María Aznar, aseguró hoy, al presentar el programa económico de su frmación política, que, si gana las elecciones, no promoverá una nueva amnistía fiscal, no flexibilizará los despidos colectivos y no reabrirá las centrales nucleares sujetas a moratoria.

A su juicio, debe quedar claro que "no habrá un segundo autobús" para los que no paguen sus impuestos, puesto que los populares consideran que las dos últimas regularizaciones fiscales aprobadas en España (en 1981 y en 1991) no tuvieron efectos efectos beneficiosos en la afloración de la economía sumergida.

No obtante, el PP sí promoverá una regularización de los balances y unos sistemas de amortización de las inversiones que permitan abaratar los costes tributarios de las empresas.

Aznar aseguró que la principal apuesta de su partido es la creación de empleo, pero no quiso formular ninguna promesa concreta al respecto para los cuatro años en que ocuparía el gobierno si ganará los comicios.

Adujo que una cosa son las "aspiraciones", que cifró en la generación de tres millones de empleos en los próximos dez años, y otra los "compromisos", a los que no quiso poner cifras.

LO QUE CRECERA LA ECONOMIA

El PP cree que podría hacer crecer la economía española un 2,5 por ciento en 1994, un 3 por cien en 1995 y un 4 por cien en 1996, situar la inflación al final de la legislatura en el 2 por ciento y el déficit público en el 1 por cien del PIB.

La lucha contra el déficit público implicará la puesta en marcha de un plan de ahorro en la Administración que permita gastar 500.000 millones de pesetas menos e un año.

Las recetas para lograr ese objetivo comprenden la congelación del gasto corriente, las subvenciones públicas y las plantillas, la reducción de los altos cargos y la privatización de empresas estatales, entre otras medidas.

En todo caso, Aznar recalcó que sus primeras medidas estarán decisivamente condicionadas por la verdadera cuantía del déficit público, ya que según sus expertos no es del 4,4 por ciento del PIB, como dice el Gobierno, sino el 5,5 por cien.

Concretamente, Aznar exlicó que el momento para aplicar sus planes de reduccción fiscal (que incluyen la disminución de los tipos del IRPF y un IVA superreducido del 1 por cien para productos básicos) dependerá de la "herencia" que le deje el PSOE en las cuentas publicas.

El PP mantiene el compromiso de aplicar una moratoria fiscal de dos años en el Impuesto de Sociedades y el IRPF para las pequeñas y medianas empresas de nueva creación, la rebaja del Impuesto de Actividades Económicas y la reducción de las cuotas a la Seguidad Social.

Los principales beneficiarios de su reforma fiscal serían las personas con mayores ingresos, a las que se rebajaría el tipo máximo del IRPF del 56 al 40 por ciento, y los pensionistas, que estarían exentos de tributación.

BAJADA DE TIPOS DE INTERES

Aznar explicó que el modelo de crecimiento que propone el PP se basa en la inversión (manteniendo la pública en el 5 por ciento del PIB) y la exportación. La inversión debe crecer un 6 por cien anual y el déficit exterior no puede supera el 2 por cien del PIB.

Por contra, el PP cree que el consumo privado no tiene que aumentar por encima del 3 por ciento, confiando en que la mejora del poder adquisitivo de las familias venga de la disminución de los precios y de los tipos de interés, por un lado, y del aumento del empleo, por otro.

Aznar recalcó que la reactivación económica exige el abaratamiento de los créditos. A su juicio, hay margen para disminuir el precio del dinero entre dos y tres puntos, aunque de formar "progresiva" yno al día siguiente de las elecciones.

La caída de los tipos permitiría no sólo aumentar la inversión, sino también abaratar la financiación del déficit público en 300.000 millones de pesetas por cada punto rebajado, según indicó Aznar.

El líder del PP afirmó que nadie debe esperar de su partido que promueva una recuperación no basada en la estabilidad, y señaló a este respecto que no piensa hacer ningún nuevo comentario sobre el tipo de cambio de la peseta.

Agregó que no piensa pronunciar "i una palabra" que pueda costarle "una peseta" a las reservas de divisas del Banco de España, a diferencia del Gobierno, al que acusó de cometer "errores, y a veces frivolidades, para gastarse demasiadas reservas de todos los españoles".

"No pronunciaré una palabra que pueda servir para hipotecar aún más el futuro de los españoles, porque el juicio que van a merecer los responsables políticos de este Gobierno en la hipoteca extraordinaria que han puesto encima del país va a ser muy severa, porque el efuerzo que vamos a tener que hacer el conjunto de españoles para levantar esa hipóteca va a ser un esfuerzo de dimensiones muy considerables", indicó.

MERCADO LABORAL

En el capítulo laboral, el PP no considera necesario flexibilizar las vías de despido colectivo, por entender que basta con dar instrucciones para la autoridad laboral instruya los expedientes de regulación con más diligencia.

Aznar dejó claro que se opone al texto de ley de huelga pactado entre el PSOE y los sindicatos, y adelant que es partidario de una regulación distinta de la actuación de los piquetes y de los servicios mínimos.

No obstante, el líder del PP expresó su confianza en que una victoria de su partido permita recuperar la credibilidad de los agentes sociales en el Gobierno, a fin de impulsar el diálogo social.

(SERVIMEDIA)
12 Mayo 1993
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