Con esta medida de choque se pretende aumentar la superficie de suelo fijada en los planeamientos municipales para l construcción de viviendas de protección oficial, sean sociales, concertadas o libres a precio tasado.

Así se incrementará la oferta de pisos a precios asequibles, entre cinco y catorce millones de pesetas, y se evitará que las familias con menor poder adquisitivo se sigan viendo obligadas a residir en los barrios marginales.

Estudios del departamento de Urbanismo, Vivienda y Medio Ambiente indican que el País Vasco necesitará 128.000 viviendas nuevas para cubrir la demanda existente en la próxim década: 65.700 viviendas dedicadas a atender necesidades de jóvenes emancipados, 52.000 para reponer el parque de pisos actualmente existente y 10.300 más para corregir déficits, como alojamientos inapropiados o casos de hacinamiento.