Los guardias urbanos de Bailén siguen sancionando el incumplimiento de la legislación en este sentido, pero ahora el importe de la infracción se destina a la compra de un casco con el que se obsequia al infractor para que en adelante no tenga excusa para no llevarlo.

Luis Miguel Polo, el padre de la idea, dice ser uno de los miles de concejales de Tráfico de España que ha estado dándole vueltas a la cabeza para descubrir un método con el que incentivar el uso del casc, "sobre todo entre los jóvenes, que son los más reacios".

Esta es, además, una forma de demostrar que las 15.000 pesetas de la multa que se aplica por no llevar el casco no responden a un afán recaudador de la Policía Municipal, y también que el precio de una multa es superior al de la compra de un casco que la habría evitado.

"Nosotros velamos por la seguridad de los motociclistas", aseguró Polo, "no nos importa el dinero; lo que queremos es que, en caso de un accidente, el conductor de una mot pueda salvar la vida por llevar la cabeza debidamente protegida".

Por otra parte, explicó que esta iniciativa no le saldrá cara al ayuntamiento, porque el coste de los cascos que regalan sale del importe de las multas, y en cambio se está notando que en esta localidad ya son pocos los que circulan sin esta protección.