La sentencia estima parcialmente un recurso contencioso-administrativo contra la Ordenanza de Circulación, que presentó la asociación ‘Viandantes a pie’. La asociación denunció ante los tribunales el artículo 63.2 de la Ordenanza, aprobada por el Pleno del Ayuntamiento en julio de 1998, en el que se autorizaba el estacionamiento de motocicletas, ciclomotores y bicicletas en las aceras.

El gobierno municipal considera que el uso de vehículos de dos ruedas contribuye a mejorar la movilidad de la ciudad y a reducir los índices de contaminación producida por el tráfico, lo que justifica una dispensa normativa como la que se establece en la citada Ordenanza.

La supresión de esta posibilidad incidiría, por una parte, en un menor uso de este tipo de transporte y, por otra, supondría una ocupación de las plazas en la calzada que habitualmente utilizan el resto de los vehículos, incrementando así los frecuentes problemas de aparcamiento.

El estacionamiento en las aceras, de todos modos, ha de hacerse de manera ordenada para que las motos o las bicicletas no supongan un obstáculo para los viandantes ni un riesgo para la vida ciudadana.

El recurso que interpondrá el Ayuntamiento contra la sentencia se basa no sólo en el intento de evitar las negativas consecuencias que implicaría su aplicación, sino también en el voto particular emitido por el presidente de la Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, quien recordó que el artículo 92 del Reglamento de Circulación permite el estacionamiento "como excepción" siempre que la ubicación de las motos y las bicicletas no impida ni limite el uso de las aceras por los viandantes.