El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y la concejala de Urbanismo, Pilar Martínez, presentaron hoy las conclusiones de la primera fase de este estudio en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno del ayuntamiento, la primera tras el periodo vacacional, con la que persiguen que cada día dejen de entrar en la ciudad 50.000 vehículos privados.

El estudio, cuya elaboración fue adjudicada por concurso, con un coste de 81.000 euros, apunta que estos 30estacionamientos se construirían entre 2007 y 2011 en los principales ejes de entrada a la ciudad (tres en la A-1, nueve en la A-2, tres en la A-3, uno en la A-4, siete en la A-5, tres en la A-6, uno en la A-42 y tres en Colmenar).

Sobre su ubicación, Gallardón dijo que lo ideal sería que estuvieran a bastante distancia del núcleo central de la capital para que realmente sean disuasorios y el conductor no tenga la tentación de llegar con el coche hasta la ciudad, de manera que, a su juicio, uno o ninguno debería construirse en el término municipal de Madrid.

Según Martínez, las nuevas infraestructuras estarían conectadas, mediante un intercambio "rápido, cómodo y seguro" a las líneas de ferrocarril, Metro y autobuses interurbanos.

Destacó que estos estacionamientos permitirían triplicar la oferta actual de plazas de aparcamientos disuasorios, cifrada en 25.039, hasta casi 76.000 plazas disuasorias cercanas, no sólo a estaciones ferroviarias, sino al Metro y autobuses interurbanos.

En cuanto a su precio, la concejala señaló que se decidirá en las siguientes fases del estudio, pero que deberá ser "simbólico" para disuadir de la utilización del vehículo privado para entrar a Madrid y que podría situarse en un euro al día y 10 euros al mes, de manera que se incluiría en el precio del abono tranportes.

Tras esta primera fase del estudio, los técnicos están trabajando en la actualidad para determinar la demanda captable por los estacionamientos, concretar su ubicación y diseño, ver las disponibilidades de suelo, la política tarifaria más adecuada y su integración en la red del transporte público.

El estudio estará terminado en diciembre y se debatirá entre las administraciones implicadas (Ayuntamiento de Madrid y los del área metropolitana, Comunidad de Madrid y Administración estatal), de manera que a final de año habrá ya una propuesta concreta y un plan detallado para que las administraciones puedan colaborar en este plan, que, según Gallardón, beneficiará al conjunto de la región.

NO AL PEAJE

El alcalde recordó que cada día se incorporan a la capital dos millones de personas que vienen de otros municipios o comunidades que son una oportunidad para el enriquecimiento de la ciudad, pero que suponen la entrada cada día de 1 millón de vehículos privados. Para evitar el colapso, cree que, además de la apuesta por el transporte público, son necesarios estos aparcamientos disuasorios que permitan que "ni un ciudadano de esos dos millones dejen de venir a Madrid".

Gallardón reiteró que la propuesta de su Gobierno para evitar el colapso circulatorio no pasa por poner ningún tipo de peaje por entrar a Madrid, debate abierto este verano por el PSOE, ya que, a su juicio, esta medida perjudicaría a la economía de la ciudad.

Calificó de "solución poco inteligente" un peaje e indicóque sería discriminatorio al penalizar sólo a los que entren en Madrid desde otros municipios o comunidades autónomas, como propone el PSOE. Sobre si los parquímetros pueden considerarse una especie de peaje, dijo que tienen una función disuasoria, no recaudatoria, ya que su gestión es deficitaria, y que no establecen ningún tipo de discriminación entre los ciudadanos.

Para Gallardón, la construcción de esta red de aparcamientos disuasorios es una de las iniciativas más importantes en la ciudad de Madrid de cara al futuro, ya que potenciará el uso del transporte público y, además, "será importante para el modelo de ciudad que presentemos para la candidatura olímpica".