A esta situación se ha llegado como consecuencia de la sequía que obliga desde hace unos días a mezclar el agua procedente del río Ebro -transportada en barcos hasta Mallorca- con las reservas procedentes de los pozos prvados de la isla, lo que ha salinizado el agua corriente en la mayor parte de los barrios de Palma.

Esta ha sido la única solución momentánea que ha encontrado el consistorio palmesano que confirmó hoy que la extracción de agua salobre de los pozos existentes se desarrollará hasta el mes de octubre de este año, coincidiendo con el fin de la temporada turística.

Juan Fageda explicó que en octubre se restablecerá de nuevo el suministro de buena calidad de agua, y agregó que el compromiso del Gobiero balear de garantizar este verano la calidad del agua no se está cumpliendo, porque "tampoco estaba previsto que la operación barco se retrasara dos meses", a raiz de la contaminación por disolvente de las primeras cargas transportadas en los barcos de la naviera Fernández Tapias.

El edil de Palma dijo que la solución al problema no está en aumentar la frecuencia de los barcos, ya que los técnicos no lo recomiendan.

Por su parte, el Grupo Municipal de PSOE solicitó hoy la convocatoria de un plen extraordinario para discutir la situación, y atribuyó la falta de agua "al poco interés del Ejecutivo autónomo para solucionar la salinidad del agua", dijo José Moll, portavoz socialista.

El buque Móstoles ha transportado, desde que comenzó la operación trasvase, más de un millón de metros cúbicos de agua del río Ebro, que, no obstante, no han servido para mejorar la situación como estaba previsto. Las reservas de agua en los dos embalses de la isla han pasado del 48% a finales del año pasado al 15% e su capacidad en el mes de julio.

La afluencia masiva de turistas ha provocado el aumento de consumo, que debería haberse paliado con el transporte de agua desde Tarragona, lo que no ha ocurrido.