Los técnicos de la CE han elaborado un mapa de distribución de los contaminantes en las diferentes zonas de Madrid, según el cual los núcleos más afectados son Buenavista, el barrio de Salamanca, Sol, Embajadores, Argüelles, Rosales, Pacífico-Mediodía, y Las Carolinas (junto a la M-30).

En estos lugares se miden entre 60 y 80 microgramos de dióxido de nitrógeno por metro cúbico, cuando el nvel máximo permitido por las directivas comunitarias es de 200 microgramos. Los expertos pusieron de manifiesto que, si no se toman las oportunas medidas correctoras, éstas serían unas zonas de riesgo para los próximos años.

Otra de las conclusiones de los expertos de la CE es que en áreas peatonales comerciales del centro de Madrid, como la de Sol, Preciados y Carmen, y durante los días laborables, los niveles de contaminación son entre 1,5 y 2 veces más altos que los fines de semana, a pesar de las estricciones de tráfico existentes en la actualidad.

En opinión de la concejala, este hecho demuestra que los autobuses y los taxis ejercen una enorme incidencia en el incremento de los índices de contaminación, y que la solución pasaría por el empleo como carburante de gases licuados del petróleo (GLP), en el caso de los taxis, y por la utilización de autobuses con sistemas menos contaminantes.

CATALIZADOR

La concejala recordó que a partir del 1 de enero de 1993 todos los coches que salgan al ercado, cualquiera que sea su cilindrada, estarán dotados de catalizador, lo que reducirá hasta en un 90 por ciento las emisiones de dióxido de nitrógeno.

Entre las medidas que el Ayuntamiento ha puesto en marcha para aminorar la contaminación en Madrid, Aguirre destacó la próxima adjudicación de dos surtidores de GLP, la adquisición de 150 autobuses para la EMT de los menos contaminantes que existen en el mercado y las subvenciones para la sustitución de calderas de carbón por otras energías más limpas.

Por otra parte, la corporación madrileña ampliará su red automática de control de la contaminación con la instalación de tres nuevas estaciones medidoras, que se sumarán a las 21 ya existentes, y que serán ubicadas en la Casa de Campo, la zona de influencia del Aeropuerto de Barajas y en algún área de la ciudad que actualmente esté menos asistida, como la Puerta de Toledo.

De esta forma, la corporación cumplirá las recomendaciones de la Comunidad Europea. Paris y Madrid han sido las dos única ciudades europeas que se han sometido hasta la fecha a la homologación por la CE de su red de control de contaminación.

La conclusión más importante del trabajo de la CE es, según Aguirre, que la red de control de la contaminación del Ayuntamiento "es moderna y demasiado severa consigo misma, porque las estaciones están situadas en lugares muy afectados por el tráfico, y porque se utiliza el criterio de máximo riesgo de exposición para los ciudadanos".