Con esta inspección, que se realiza durante los meses de junio, julio, agosto y septiembre, se pretende controlar las condiciones higiénico-sanitarias y el consumo en los quioscos y terrazas que se abren cada verano en la capital.

Según datos aportados hoy por el concejal de Salud Pública, Simón Viñals, el verano pasado se inspeccionaron un total de 57 quioscos y terrazas y se levantaron 47 acas de inspección.

"Vamos a mantener un férreo control sobre estos establecimientos", agregó. "Nuestro fin es evitar cualquier tipo de riesgo para la salud, seguridad o interés económico de los madrileños que hacen uso de estas terrazas".

El responsable del área de Salud Pública del Ayuntamiento explicó que generalmente estos establecimientos, instalados en la vía pública, disponen de poco espacio para la manipulación y almacenamiento de bebidas y alimentos, carecen de un sistema adecuado para el bastecimiento de agua potable o no disponen de aseos con las medidas higiénicas adecuadas, entre otras deficiencias.

Además de controlar las condiciones higiénico-sanitarias, los funcionarios municipales tomarán muestras de bebidas, helados y alimentos para comprobar su calidad y si son aptos para el consumo.