Este privilegio del que disfrutan los castellonenses, único en España, fue ropuesto por el anterior gobierno socialista en el Ayuntamiento de Castellón, pero el alcalde actual considera que "el coste de la gratuidad del transporte ha pasado de 60 millones cuando se aprobó, a los 300 de este año".

A juicio del primer edil, "es necesario mejorar la calidad del transporte, modernizar sus equipamientos y aumentar los servicios. Con la condición de gratuidad, la empresa concesionaria no aceptará ninguna de estas sugerencias".

Al llegar a la alcaldía, el Partido Popular contiuó respetando la gratuidad del transporte público a regañadientes, ya que lo calificó de "patata caliente" que el PSOE había legado al PP poco antes de celebrarse las elecciones de 1991.