El acuerdo incluye también la implantación del preaviso ara las infracciones que no comporten un peligro para la seguridad viaria o molestias importantes. Este preaviso se aplicará con carácter experimental en las zonas azules.

El Ayuntamiento de Barcelona, además, enviará por correo una tercera notificación de la multa al domicilio del infractor, antes de publicarla en el Boletín Oficial de la Provincia, cuando los dos primeros intentos anteriores no hayan sido válidos.

Según el consenso municipal sobre disciplina viaria, la mayoría de las multas no ariarán en su cuantía, aunque sí introducirán una puntuación en función de la gravedad de la infracción.

Por otra parte, el embargo de cuentas corrientes se mantendrá como hasta ahora y el alcalde tendrá poder para retirar el permiso de conducir en los casos más graves. De la misma forma, según el documento, el Ayuntamiento propondrá a la Dirección General de Tráfico la retirada del permiso por acumulación de sanciones.

El acuerdo municipal no prevé, sin embargo, ningún tipo de amnistía para los onductores morosos. Según el portavoz del equipo del Gobierno municipal, Antoni Santiburcio, "ningún gobierno del mundo ni ningún acuerdo político tendría fuerza moral para pedir a los ciudadanos que colaboren si hay una amnistía de multas".

Otra de las medidas consensuadas por los grupos políticos del Ayuntamiento de Barcelona es la ampliación de la política de tolerancia en los estacionamientos de noche en determinadas zonas.

Según manifestó Santiburcio, el dinero procedente de las multas irá aparar a un fondo para mejoras urbanas y sociales. "Tiene que quedar bien claro que el objetivo no es pagar más dinero, sino estimular el civismo y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos", explicó.