"Yo creo que no", respondió Méndez a la pregunta sobre si creía que podía ser un golpe de efecto electoral, "eso no se puede plantear así".

"Ahora", añadió, "yo creo que la situación de incertidumbre y angustia de los cooperativistas sigue manteniendo cierta jusificación, porque claro, ya son muchos meses esperando y han sido muchas las dificultades que muchos de ellos están padeciendo desde el punto de vista económico; y por lo tanto, estoy totalmente convencido de que hasta que no vean que los ladrillos se empiezan a poner pues no van a tener una cierta tranquilidad".

Méndez efectuó estas declaraciones al término del Congreso Regional de UGT-Madrid. El dirigente ugetista argumentó que si el aval llega cuando ya no está al frente del sindicato Nicolás Redono es porque "este ha sido un proceso -yo ahora lo conozco bien- muy complicado a partir de la suspensión de pagos".

"Ha habido que poner de acuerdo a los interventores de PSV, a los interventores de IGS, ha habido que contar con la colaboración de los jueces de la suspensión de pagos y eso ha provocado un dilatamiento en el tiempo a la hora de desbloquear la situación", explicó.

OBSTACULO PRINCIPAL

El acuerdo que ayer tomó el Gobierno de avalar con 8.733 millones a PSV significa que "ayer se zajó el obstáculo principal, pero eso no quiere decir que desaparezcan los obstáculos. Va a haber todavía bastantes problemas", auguró Méndez.

Estos problemas surgirán "de la segregación de las promociones, de la negociación de la situación económica de las promociones", pero ahora hay "una garantía: cualquier tipo de problema de carácter económico se cubre inmediatamente con el aval que se plantea por el Gobierno", señaló el secretario general de UGT; "y eso nos coloca en la posición adecuada para que e concedan los créditos hipotecarios para la construcción de las viviendas".

El problema de PSV "ya está correctamente encauzado", insistió Cándido Méndez, quien recordó "que estábamos en un callejón sin salida hasta la concesión de este aval".

Por otro lado, sobre la próxima reunión con la CEOE -a celebrar el 3 o el 6 de junio, aún sin determinar- sobre la negociación colectiva de 1994, el secretario general de UGT afirmó que la patronal debería "omitir" la reforma sociolaboral.

En opinión e Méndez, la reforma representa "un modelo de competitividad no sólo pasiva, sino creo que suicida para la economía española y habrá que definir en negociación con los sindicatos para cada sector y para cada empresa qué elementos de flexibilidad son más aconsejables para incorporar elementos de competitividad activa".

"Sería interesante que no se planteara por parte de la patronal como condición 'sine qua non' la imposición de la reforma laboral, habría que orillar ese obstáculo", concluyó el líder deUGT.