La Federación de Trabajadores de la Tierra de UGT (FTT-UGT) denunció ante ambos organismos la situación, ya que, según la central, temporeros españoles y portugueses trabajan sin contrato laboral ni Seguridad Social, con salarios inferiores a los fijados en convenio.

Según las mismas fuentes, la mayoría de los temporeros que en las últimas semanas han trabajado en la recogida del tomate vivn sin agua ni luz, cobijados bajo toldos o hacinados en cuadras. Además, su jornada laboral suele exceder las 10 horas.

"Esto es trata de carne barata por parte de empresarios de la zona", dijo un portavoz sindical. "Nosotros no nos oponemos a que vengan trabajadores de otros países, sino a que se incumpla la normativa vigente".

El secretario provincial de FTT-UGT, Angel Monroy, recordó que el convenio del sector establece una jornada laboral de 39 horas semanales, a las que corresponde un sueldode unas 3.500 pesetas diarias si se trabaja de lunes a sábado.

Sin embargo, según dijo Monroy a Servimedia, los portugueses, y en menor medida los marroquíes, polacos y checoslovacos, están trabajando de 50 a 66 horas semanales, por las que cobran en muchos casos menos de 2.500 pesetas diarias.

Además de estas irregularidades en horarios y sueldos, las condiciones en las que viven los temporeros son "infrahumanas y tercermundistas", agregó el secretario de FTT-UGT. "Los meten en cuadras o bajo uns plásticos a cielo raso, hacinados en grupos de 40 y 50 personas, en una zona donde se están alcanzando unas temperaturas de casi 50 grados centígrados al sol".

Las localidades con mayor concentración de jornaleros inmigrantes son Villanueva de la Serena, Don Benito, Guareña, Sagraja, Balboa, Villafranca de los Barros, Montijo y Novelda del Guadiana, donde se recolectan fundamentalmente tomates, peras y melocotones.