Aunque los responsables del Instituto Anatómico Forense se remitieron al Juzgado de Instrucción número 39 para cualquier tipo de información, Servimedia pudo saber que la autopsia comenzó a realizarse a las 10,30 a cargo del forense Manuel García Henar.

Con el análisis del cuerpo de la joven, que fue encontrao en avanzado estado de descomposición y con la cabeza destrozada debido, al parecer, a los golpes que sus asesinos le propinaron con una piedra, los médicos forenses pretenden hallar algún resto orgánico que permita identificar a los autores del crimen.

Asimismo, tratarán de comprobar si la muchacha fue agredida sexualmente por su o sus asesinos, tal como apunta que su cuerpo fuera hallado con las ropas rasgadas y los pantalones y bragas bajados.

Susana Ruiz continúa inscrita como desconocida enel Instituto Anatómico Forense, donde figura bajo el nombre DDA (desconocida) 420, ya que, aunque su padre reconoció las ropas de la joven como las de su hija, el cuerpo no ha sido identificado oficialmente por sus familiares.

Mientras, la policía volvió hoy a interrogar al grupo de jóvenes con quienes la vieron con vida la última vez, tras celebrar con ella un cumpleaños el pasado 10 de enero en una caseta abandonada situada en el mismo descampado donde unos obreros de la construcción descubrieron elcadáver.

Desde entonces, nadie había vuelto a ver a la adolescente, quien fue buscada intensamente por las fuerzas de seguridad y por sus padres, que tenían la esperanza de que se hubiera fugado de su casa en una aventura juvenil.

Esos jóvenes declararon incialmente que despidieron a Susana sobre las tres de la madrugada para regresar sola, a través del descampado, a su domicilio, situado en el madrileño barrio de Las Musas, y aseguraron no haber oido nada, a pesar de que el cuerpo de la adolescete apareció enterrado a menos de 400 metros de donde se encontraban.

Por su parte, el Instituto de Formación Profesional Las Musas permaneció hoy con las puertas cerradas en señal de duelo por la muerte de Susana, cuyos padres son los conserjes del centro, en el que viven, mientras que entre los alumnos, profesores y vecinos de la joven asesinada cunde un sentimiento de dolor y rabia por el macabro suceso, que se produce unas semanas después del hallazgo de los cadáveres de las tres niñas de Alcásser Valencia).