Según el guardia civil, esto demuestra que el menor de los Yepes no sabía utilizar el arma, mientras que su hermano Manuel, sí. Además, ante la actuación de Pedro Antonio el día de la reconstrucción del crimen, el capitán Salsas tuvo "la impresión personal de que estaba reconstruendo algo que no había hecho nunca".

Por su parte, Antonio Costa, hermano del inculpado Manuel Costa, propietario de la finca donde ocurrió el crimen, declaró que a los diez u once días de los hechos, José Yepes fue a la empresa en la que trabajaba a pedirles a él y a su hermano Manuel un millón y medio de pesetas para pagar a su abogado. Según su relato, Manuel decidió hacerle el favor a Yepes de gestionarle dos letras de 500.000 pesetas cada una por unos animales que había vendido.

Asimismo, Anonio Costa declaró que Yepes, cuando fue a pedirle el dinero, le amenazó diciendo que, si no le daba el millón y medio de pesetas, "la familia lo iba a pasar muy mal" y aseguró que desconocía la existencia de estas letras, ya que era un asunto que llevaba su hermano.

Los padres de los novilleros asesinados también declararon hoy, y uno de ellos, Antonio Panduro aseguró no conocer a Manuel Costa y dijo que su vida y la de su familia había cambiado desde que murió su hijo.

Por su parte, el abogado efensor de la familia Rumbo y Panduro, el letrado García Bueno, anunció que, si se condena finalmente a Manuel Costa, solicitará que se procese a Josés Yepes por encubridor.