Los ministros de Justicia, Juan Fernando López Aguilar; de Fomento, Magdalena Álvarez; y de Medio Ambiente, Cristina Narbona, no estaban presentes entre los miembros del Gobiernos a la hora de arrancar el desfile.

A estas ausencias se le suma que sólo había presentes nueve de los diecinueve presidente autónomicos, debido a la ausencia de los mandatarios de Galicia, País Vasco, Cataluña, Navarra, La Rioja, Extremadura, Castilla La-Mancha, Murcia, Comunidad Valenciana y Aragón.

Pese al sol que reinó durante toda la mañana, un ligero viento hacía que se sintiera frío en las manos, tal y como le ocurrió a la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.

Por ello, el ministro de Interior, Alfredo Pérez-Rubalcaba, protagonizó una curiosa escena, ya que cogió las manos de la vicepresidenta, las frotó con las suyas para darle calor, y por último, las besó, un gesto que fue bien recibido De la Vega, quien respondió con una agradecida sonrisa.

Otro momento llamativo de la parada militar se produjo cuando las banderas de los países invitados, entre ellas la de EEUU, hicieron acto de presencia ante la tribuna. Todos los ministros y los responsables de las máximas instituciones del Estado presentes se cuadraron y guardaron silencio, en contraste con las conversaciones cruzadas que se producían entre ellos mientras contemplaban el desfile.

El jefe del Ejecutivo departió especialmente con el presidente del Senado, al igual que la vicepresidenta con el titular de Interior, pese a que ambos estaban separados en la tribuna por el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación.