Según los datos de este ministerio, el número de personas con discapacidad menores de 65 años internas en estos centros ha aumentado en más de 7.000 entre 1997 y 2002, situándose el total en 51.375. Este cálculo sólo se refiere a los beneficiarios de ayudas económicas de las autoridades locales, y no contempla a los mayores de 65 años.

La estadística revela que el aumento se debió principalmente a que creció el número de personas con discapacidad intelectual y problemas de salud mental que fueron internadas en estas instituciones.

Según la Comisión de Derechos de los Discapacitados, las autoridades locales serían responsables de esta situación, ya que consideran que las necesidades de estos dos grupos son complejas y optan por la opción, a juicio de la Comisión, más sencilla, el internamiento.

Por su parte, los responsables de Scope, organización dedicada a ayudar a personas con parálisis cerebral, califican estos resultados como desalentadores, teniendo en cuenta el compromiso adquirido por el Ejecutivo británico defavorecer la autonomía de los discapacitados.