Virutas de madera en explotaciones papeleras y madereras, o residuos animales en granjas, se emplean cada vez con más frecuencia como biomasa para la generación de electricidad y la obtención de gas.

Eléctricas como Dalkia, Elyo, Poweo o EDF se encargan de recuperar dichos residuos o subproductos, que después transforman en electricidad que revenden a las industrias de los que provienen.

La generación de este tipo de energías renovables se beneficia ahora de subvenciones del ministerio de Medio Ambiente francés, ya que de otro modo no sería rentable, debido a la elevada inversión que precisa la creación de las instalaciones generadoras.

Gracias a ello, Francia cuenta ya con una veintena de plantas que producen energía eléctrica a partir de biomasa, entre ellas la de la papelera noruega Norske Skoge, en la región de Lorena, que desde 2007 genera electricidad a partir de las cortezas y otros residuos de madera del proceso de fabricación del papel, lo que ha permitido a la empresa un importante ahorro en su factura de la luz.

El sector avícola también participa en estas iniciativas. Este es el caso del fabricante de foie-gras Euralis, que recupera el purín de pato que es metanizado para la obtención de biogas por Dalkia (del grupo Veolia), con el que cubren el 73% de sus necesidades energéticas.