En dicho informe se señala que las barreras psicológicas y físicas que hacen que para las personas afectadas sea más difícil el viajar y tomar vacaciones, son factores que pueden comprometer una integración y participación total de estos ciudadanos.

Las personas con discapacidades y de la tercera edad, que a menudo padecen una movilidad educida, representan en la UE más del 10 por ciento de la población y suponene una demanda potencial de alojamiento estimada en 350 milones de noches.

Según indica el estudio, las principales acciones llevadas a cabo en el marco del Paln de acciones en favor de turismo incluyen dos guías. La primera trata sobre la asistencia especial y los servicios específicos disponibles para personas con discapacidades en los países de la UE.

La segunda recoge las buenas prácticas a tener en cuenta por los opeadores turísticos para poder reponder a los requisitos básicos de las personas discapacitadas al organizar y tomar las vacaciones.

En el contexto de la política de transportes, en informe destaca que "las actuacioness realizadas en favor de los turistas con discapacidades han permitido, por una parte, estudiar las cuestiones de las medidas de formación para los profesionales del turismo y de las instalaciones específicas en los alojamientos. Por otra, progresar en el trabajo de determinar los requisits técnicos para facilitar la posibilidad de acceso a las diferentes modlidades de transporte".