Los hechos se remontan a 1993, cuando Star Studio, una marca comercial de productos cosméticos y clínicas de adelgazamiento que operaba en diversas capitales españolas y anunciaba sus servicios en mensajes publicitarios en los que prometía una significativa pérdida de peso sin esfuerzo.

Araídos por esta campaña, un gran número de personas acudieron a Star Studio, que les exigió abonar por adelantado, según la denuncia de UCE, cantidades que oscilaban entre las 129.000 y las 190.000 pesetas, a cambio de un certificado que garantizaba una determinada rebaja de peso.

Después de seguir el tratamiento, basado en la utilización de cosméticos que la misma empresa comercializa y de gimnasia pasiva, y comprobar que no se hacían realidad las promesas, muchos de los afectados decidieron denuncialo a la UCE de Andalucía, que se ha personado en el caso.

El fiscal estima que los acusados eran conscientes de la ineficiencia del tratamiento y solicita una pena de dos años de prisión menor, así como el pago de indemnizaciones a los afectados.